Este complejo fenómeno implica la
consideración de variables interrelacionadas:
estresores académicos, experiencia subjetiva
de estrés, moderadores del estrés académico
y finalmente, efectos del estrés académico.
Todos estos factores aparecen en un mismo
entorno organizacional: la Universidad. En
particular, este entorno sobre el que se centra
esta investigación, representa un conjunto de
situaciones altamente estresantes debido a
que el individuo puede experimentar, aunque
sólo sea transitoriamente, una falta de control
sobre el nuevo ambiente, potencialmente
generador de estrés y, en último término,
potencial generador –con otros factores- del
fracaso académico universitario.
Los escasos trabajos sobre el tema han
demostrado la existencia de índices notables
de estrés en las poblaciones universitarias,
alcanzando mayores cotas en los primeros
cursos de carrera y en los períodos inmediatamente
anteriores a los exámenes (Muñoz,
1999) y siendo menor en los últimos.
Idénticos resultados fueron encontrados por
Rosenthal y colaboradores (1987, citado por
Muñoz, 2003). Por otro lado, Kohn y Frazer
(1986, citado por Misra y McKean, 2000)
destacaron como estresores académicos más
importantes las notas finales, el excesivo
trabajo para casa, los exámenes y el estudiar
para los mismos. Estudios posteriores (Celis
y cols., 2001, Carlotto y cols., 2005) han coincido
en identificar los mismos principales
estresores.
Respecto al método de evaluación en
estos estudios, en general se obtienen los
datos empleando cuestionarios (Barraza,
2005), inventarios (Polo, Hernández y Pozo,
1996) o escalas (Viñas y Caparrós, 2000) en
su modalidad de autoinforme. La diversidad
de instrumentos, no es más que reflejo de la
multiplicidad de formas para analizar el estrés
académico. Ante tal multiplicidad de formas,
en este trabajo se decidió emplear la Escala de
Apreciación del Estrés-G (Fernández Seara,
1992) utilizada en diversas investigaciones
caracterizadas por su fiabilidad y validez,
tales como la de Muñoz (1999).
Por último, entendemos que además de
conocer cuáles son las fuentes principales de
estrés académico, debemos analizar las diferentes
variables moduladoras y los efectos
consecuentes de dicha interacción.
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